martes

Un poco de mi historia

The Mission Begins

En este momento comienzo mi viaje con la armada británica.
Cuando la gente me preguntaba ¿Por qué haces esta misión? Yo siempre respondía lo mismo:
 tengo dos amores dentro de mi corazón, y ellos son mi patria y mi madre.
Estábamos todos muy asustados. 
Un compañero paracaidista, Reuven Dafni estaba muy nervioso, 
pero no por el hecho de que nos fuésemos a tirar por paracaídas, 
si no por la gente que nos esperaría cuando
aterrizáramos.
Recuerdo que yo le hice una seña con la mano, diciéndole que todo estaría bien.

1 DE ENERO DE 1970

domingo

Esta es mi historia

Yo, Hanna Szenes (o Jana Senesh) nací el 17 de julio de 1921 fui una de las judías más heroicas que lucharon contra los nazis en Europa, convirtiéndome en un símbolo de esperanza para las personas oprimidas de todo el mundo.
Nací en Budapest, en el seno de una familia judía asimilada, en la época en que los judíos disfrutaban de plena libertad y de todos los derechos civiles. Mi padre, Bela Szenes, fue un reconocido poeta y dramaturgo que falleció cuando yo tenía seis años de edad, dejándole una rica tradición. Escribía poesía y a la edad de 13 años comencé un diario que continuó hasta mi muerte. Un camarada mío lo recuperó de la destrucción y aún hoy se encuentra en circulación.
Mi hermano y yo fuimos criados por nuestra madre. Yo fui inscripta en un colegio privado protestante, que admitía a católicos y judíos. Como estudiante destacada, fui elegida para encabezar la sociedad literaria pero no pude ejercer el cargo debido al creciente sentimiento antisemita. A causa de esto, me ofrecieron convertirme al cristianismo o permanecer como judía en Hungría, donde el antijudaísmo era mayor día a día. Opté por el sionismo, involucrándome totalmente con mis objetivos. 
Fue una decisión que cambiaría mi vida para siempre.
En 1939, finalicé la escuela y decidí viajar a Palestina a estudiar agricultura y eventualmente unirme a un kibbutz, Sedot Yam. Hacia 1942, el mundo empezaba a enterarse acerca del Holocausto que estaba ocurriendo en Alemania y donde cientos de miles de judíos eran asesinados cada día. Preocupada por mi familia y por lo que estaba sucediendo, decidí regresar a Hungría y poco después me alisté en el ejército británico.
En 1944, en Egipto, comencé a entrenarme como paracaidista con los británicos. Después de completar el entrenamiento en El Cairo, junto con otros compañeros de Palestina, pasó tres meses con los partisanos de Tito.
En mayo de ese año, algunos camaradas y yo cruzamos la frontera húngara en pequeños grupos. Casi de inmediato fui capturada por la policía local, conocida por mi antisemitismo. Tenía en mi poder un radio transmisor.
Aunque recibí torturas,  nunca revelé el código de radio. Después de cinco meses en prisión, fui llevada a juicio en octubre, bajo la acusación de ser una espía inglesa. Me hallaron culpable, y tras negarme a pedir perdón, fui sentenciada a morir frente a un pelotón de fusilamiento. Quería ver a los ojos a sus ejecutores y por eso rechacé que cubrieran los suyos. Yo tenía 23 años de edad.
Mi diario termina de esta manera: ”Esta semana viajo a Egipto, enrolada, un soldado… Quiero creer que hice y que voy a hacer lo correcto. En cuanto al resto, sólo el tiempo dirá”.
Mi diario fue publicado en hebreo en 1946. En 1950, mi cuerpo fue llevado a Israel y enterrado en el cementerio del Monte Herzl, en Jerusalem. El 5 de noviembre de 1993, mi familia recibió una copia del informe del ejército húngaro exonerándola de los cargos de traición. 
Itzjak Rabin asistió a la ceremonia en Tel Aviv.

Aquí es donde comienza todo...

Historieta IJET 1